«Cuanto más tranquilo se vuelve el hombre, mayor es su éxito, sus influencias, su poder. La tranquilidad de la mente es una de las más bellas joyas de la sabiduria». James Allen
Corremos de aquí para allá, con urgencia, y al final no vamostrar a ninguna parte. De tanto buscar, no encontramos. Por estar tan insatisfechos, no encontramos reposo. De tanto perseguir metas, pasan desapercibidos los buenos momentos. Obsesionados por ir a otro lado, no disfrutamos de allí donde estamos. Por librar otras batallas, dejamos de librar las propias.
Es como cuando escalas una montaña de cinco mil metros y entonces te obsesiona por escalar una de seis mil y no te das cuenta de lo maravilloso que ha sido escalar la primera.
Y no quiero decir que no debamos tener ilusión y objetivos en nuestra vida, sino que lo que hagamos en ese momento sepamos disfrutarlo y vivir lo plenamente.
Yo quiero una vida así. Una vida para vivir la armónicamente pero con intensidad.
Como dice el autor Ramiro Calle, «la vida se hace viviendo, como se camina caminando. No se vive a través de las ideas, los proyectos, los recuerdos, las imágenes; se vive abriéndose a cada instante de vida, vivendo cada momento, paso a paso, tratando de mantener la consciencia desierta y clara, sensitiva y equilibrada, vital y sabia».
¡Así quiero yo mi vida!
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