«No nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos decimos acerca de lo que nos sucede» Epicteto.
Según dicen los expertos, nuestro dialogo interior moldea las creencias sobre nosotros mismos y sobre el mundo que nos rodea, pero también repercute de forma directa en nuestros estados emocionales.
No solemos dar la importancia que tiene el lenguaje que usamos cuando pensamos y lo que nos decimos con nuestros pensamientos. Porque si continuamente estamos pensando de forma negativa e esto va a afectar a nuestro estado de ánimo y nos hace sentirnos mal.
La buena noticia es que también funciona en la otra dirección, si nuestros pensamientos son positivos y agradables nuestro estado de ánimo mejora y con ello nuestro bienestar.
¿como te hablas a ti mismo?
Además, y según el doctor Mario Alonso Puig, no nos debemos olvidar que si muchas veces utilizamos un lenguaje limitante y nos enviamos mensajes nocivos , nuestro dialogo interno tiene la capacidad real de provocar estragos en nuestra salud. (La Facultad de Medicina de Harvad ha demostrado que entre el 60% y el 90% de las consultas a médicos generales tienen relación con determinadas emociones aflictivas que se prolongan en el tiempo).
Un ejemplo: si quieres conseguir algún objetivo y continuamente te dices a ti mismo «no soy capaz», » soy un inútil», «no lo voy a conseguir». Estate seguro que no lo lograrás, porque entre otras cosas ni siquiera te darás la oportunidad de intentarlo. Pensarás «para qué lo voy a hacer si no lo voy a conseguir».
Otro: si algo me sale mal y me digo «no sirvo para nada» ¿como me siento? ¿cual será mi estado de ánimo?
Para algunos profesionales, una de las soluciones para mejorar nuestra comunicación interna es que cuando nos decimos algo que nos hace sentir mal , debemos rebatir con argumentos lógicos eso que nos hemos dicho. En el ejemplo anterior podríamos decirnos «en otros momentos he conseguido sacar adelante proyectos o alcanzar con éxito los objetivos».
En mi experiencia personal, yo me hablaba fatal a mi misma. Caí en la cuenta cuando una muy buena profesional me dijo: imagínate que ahí a tu lado tienes sentada a una persona , a alguien a la que quieres, y le dices todo lo que te estás diciéndote a ti misma en estos momentos, ¿como crees que se sentiría ? ¡fue tan gráfico!. Respondí: Se sentiría muy mal y además no se lo merece. Ese fue mi punto de partida para empezar a hablarme bien.
No necesitamos más razones para tomar consciencia de como nos hablamos y para elegir hablarnos bien.
«El que puede cambiar sus pensamientos puede cambiar su destino» Stephen Crane.
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